PUNTO 10 DEL DECÁLOGO DE BUENAS PRÁCTICAS SOBRE EL FOMENTO DE LA IMAGEN CORPORAL Y LA AUTOESTIMA
La información relativa a los síntomas de los trastornos o la descripción de conductas asociadas a los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) pueden propiciar la aparición de nuevos casos. Es importante mostrar sensibilidad y rigor en el tratamiento, por parte de los medios de comunicación, los trastornos de la conducta alimentaria, evitando el máximo de lo posible la información relativa a los síntomas.
Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades mentales con graves repercusiones físicas, psicològiues y sociales para las personas afectadas y su entorno cercano.
Actualmente los datos apuntan a que entre un 4-5% de la población femenina adolescente de entre 14 a 25 años padece un trastorno de la conducta alimentaria. Un 11% está en riesgo de padecerlo y presenta alguno o varios de los síntomas asociados.
Cuando se presenta o se habla públicamente de este tipo de trastornos, es básico fundamentar las informaciones en datos reales y científicas, y hay que asesorarse previamente mediante profesionales de la medicina o la psicología, u organizaciones sociales especializadas en trastornos de la conducta alimentaria .C
Para hacer un tratamiento riguroso de estas enfermedades es fundamental evitar la identificación de los TCA con un infrapeso severo. Hay que tener en cuenta que es el trastorno mental con más mortalidad si bien el 70% de los casos se recuperan favorablemente.
No todos los trastornos alimentarios pueden identifcar a partir del estado físico de la personal. En la mayoría de los casos, la sintomatología latente no es visible y ls personas afectadas lo viven clandestinamente.
Aunque no todos los casos presentan un elevado grado de gravedad o deterioro físico, sí todos ellls tienen grados elevados de malestar psicológico asociado a la enfermedad.
Hay que tener mucho cuidado en la exposición pública de testimonios reales de la enfermedad, especialmente de menores de edad (y en este caso se recomienda que la persona sea asesorada y acompañada por su terapeuta).