“Iniciar una dieta restrictiva, junto con la insatisfacción corporal, es la puerta de entrada a un trastorno del comportamiento alimentario”
Atribuir resultados milagrosos a productos de adelgazamiento, fomentar el uso de productos bajos en calorías, abusar de ciertos alimentos o clasificarlos como prohibidos son mensajes que inducen la pérdida de peso. Este tipo de mensajes fomentan la realización de conductas poco saludables para controlar el peso sin percepción del riesgo que ello puede tener para la salud. Por otra parte, un hábito tan extendido como saltarse comidas no ayuda a perder peso. Estudios
estatales constatan que las personas que se saltan comidas tienen más tendencia al sobrepeso, ya que omitir una comida se compensa con el resto de la ingesta
diaria.
La realización de dietas sin control médico puede tener consecuencias en las personas que las siguen. Se ha evidenciado que hacer dietas demasiado restrictivas promueve la aparición posterior del efecto rebote, es decir, al final la persona gana peso en lugar de perderlo. Los medios deben tener cuidado, tanto cuando informen sobre determinadas dietas restrictivas o productos ‘milagrosos’ como cuando las publiciten, de poner en cuestión y valorar su funcionamiento,
veracidad y consecuencias sobre la salud.