Una de las tareas que llevamos a cabo semanalmente desde la Fundación Imagen y Autoestima son las charlas para la promoción de la salud y la prevención de los Trastornos de la Conducta Alimentaria a través del programa "Cuando no gustarse hace enfermar". Estas intervenciones las llevamos a cabo en el ámbito de las familias, del profesorado y de los alumnos.
A principios del pasado mes de noviembre, en una de las intervenciones que hicimos en un instituto del área metropolitana de Barcelona, en segundo ciclo, se detectó un caso en el aula. Durante la charla, mientras se debatía sobre los mitos alimentarios, una chica verbalizó varias afirmaciones que hacían sospechar que pudiera estar iniciando un trastorno de la conducta alimentaria. Frases como "no se debe comer pasta o arroz porque engorda mucho", "es mejor no desayuno para conseguir adelgazar" o "hay que beber mucha agua antes de las comidas para no comer tanto", son típicas de personas que empiezan a manifestar conductas de riesgo, y que pueden acabar siendo la puerta de entrada a un trastorno de la conducta alimentaria. Una de las tareas que tenemos y que usamos como herramienta de prevención es desmitificar ideas como éstas, ya que las redes sociales e Internet van llenas.
Al terminar el taller, la chica en cuestión tuvo la valentía de dirigirse a la especialista y explicarle cuáles eran sus miedos y preocupaciones. Gracias a la colaboración del profesorado y del equipo psicopedagógico del centro, se pudo derivar a la chica ya su familia en el Servicio de Atención y Ayuda de la Asociación Contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB), y se ha podido empezar a hacer un trabajo de asesoramiento y prevención, para evitar que la chica pueda acabar sufriendo un trastorno de la conducta alimentaria.
Intervenciones como éstas son básicas y es el objetivo que perseguimos desde el Equipo de Prevención de Trastornos de la Conducta Alimentaria, a través del programa "Cuando no gustarse hace enfermar", ya que hacer prevención es la mejor manera de poder detectar conductas de riesgo y evitar que sigan apareciendo tantos casos de trastorno de la conducta alimentaria semana tras semana.
Ahora bien, no siempre es tan sencillo. Una de las características de las personas afectadas por un trastorno de la conducta alimentaria es que no tienen conciencia de tener ningún problema o dificultad con la comida, y suelen ampararse bajo la frase "yo sólo como sano". Por este motivo es básico poder hacer intervenciones no sólo con los adolescentes, sino extenderlas también a los padres y profesores. La formación y el conocimiento son la herramienta principal para poder ayudar a nuestros jóvenes a desarrollarse sanos.